El Pastor Cubano Alberto Castilla visita Panama

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Pastor Alberto Castilla goza su primer McDonald hamburguesa
Dicen que una imagen vale mil palabras, y ésta es muy histórica ya que muchos de ustedes han tenido mucho que ver con la misma. El hombre de la izquierda en esta foto es el pastor Freddy Centeno. Él creció en el ministerio de mi suegro, y comenzó una iglesia en una zona ahora anexada a Costa Rica (solía ser una parte de Nicaragua), llamada Liberia.
Cuando Regina y yo fuimos a hacer nuestras pasantías en Costa Rica, mi suegro estaba involucrado en varios proyectos (construcción de aulas para la escuela dominical, etc.) en Liberia,  por lo que pasamos mucho tiempo involucrados con la antigua iglesia de Freddy Centeno, aprendiendo los gajes del oficio en el ministerio de mi suegro John Barnes. Freddy se convirtió en el primer misionero comisionado por las iglesias que mi suegro comenzó. Luego fue a Panamá, en donde desde entonces ha comenzado varias iglesias, a las que Regina y yo hemos visitado y ministrado en el pasado. El hombre de la derecha es el pastor Alberto de Guanabacoa, Cuba.
El pastor Alberto y su esposa Lissett (una dentista pediátrica), eran los directores del Centro  Maná, que fue el 5º que iniciamos en Cuba.  Cuando fuimos expulsados de Cuba, Alberto y Lissett estaban apenas aprendiendo los gajes ministeriales, y varios años después perdieron a su pastor – el pastor Lázaro (quien también fuera director del ministerio Maná en Cuba). Cuando Lázaro dejó el ministerio – nos puso en un aprieto en el área de cómo financiar ese ministerio… (ya que no estábamos en el país) algo que el pastor Byron Willis nos estaba facilitando desde David, Panamá. (La historia sobre cómo fue que el Hno. Byron y yo conocimos a la familia panameña durante la conferencia misionera anual del pastor Byron, y cómo fueron usados por el Señor durante este tiempo, es en verdad una historia muy especial.)
Sin embargo, después de mucha oración y conversaciones con el Hno. Barnes, y con los líderes del Compañerismo en Costa Rica (quienes se comprometieron a visitar a Cuba dos veces al año), se decidió suspender Maná debido a la vacuidad de liderazgo que el pastor Lázaro había dejado y que así las iglesias dependieran del Señor durante todos los tiempos difíciles por los que estaban pasando. Obviamente, la llamada a Chuck Ward fue una de las decisiones más difíciles que jamás había tenido que tomar. Sin embargo, Dios tenía un plan, y las iglesias sobrevivieron las tormentas de persecución, y crecieron de 4 iglesias a 7, y el pastor Alberto, quien tomó las riendas en la iglesia del pastor Lázaro, había estado en el centro de la misma por los últimos cinco años. Este es el preámbulo de esta fotografía, y muchas más, además de los muchos comunicados que hemos recibido durante los últimos días.
Recuerden que nadie en nuestras iglesias en Cuba jamás ha salido de su país -el pastor Alberto es el primero. Estoy seguro, que no sólo está disfrutando de su primer hamburguesa de McDonald's, sino también de muchas otras novedades. Lo más asombroso es que él y, estoy seguro, otros hermanos y hermanas que le han ayudado en Cuba -hicieron de las iglesias en Panamá y del misionero Freddy Centeno su prioridad en su primer visita oficial fuera del país. ¿Por qué Panamá? -entre tantos otros países - SMILE -aquí es en donde la historia se pone aún más milagrosa. En noviembre y diciembre del 2004, del último año completo que estuvimos en Cuba, tuvimos cuatro conferencias de misiones de cuatro días en Cuba. Fue increíble – toda nuestra gente estaba en entusiasmada– vinieron en automóviles clásicos de 1950, en motocicletas, en caballos, en carretas – nunca había visto nada igual- – los niños de los centros de Maná tenían coros, hubo comida especial, vinieron muy bien vestidos, se enseñaron lecciones, y la gente pudo ver vídeos de otros países, y hablar con sus misioneros locales para obtener una mejor idea de su carga - cada conferencia fue totalmente diferente, y fue una de las más grandes bendiciones a las que Regina y yo pudimos participar en Cuba.
El concepto de dar a otras personas para evangelizar no sólo en Cuba, sino a otros en otros países – era algo totalmente nuevo para nuestra gente. Siempre habían sentido que ellos eran los que necesitaban la ayuda, y nunca siquiera habían considerado ayudar a alguien fuera de su país. Cuando se les confrontó con el hecho de que tenían la responsabilidad de participar en la Gran Comisión, y se les mostró un plan para lograrlo – se aferraron a la visión muy apasionadamente, y empezaron a dar como nunca les había visto dar. Cada iglesia pudo empezar a ayudar a dos misioneros locales y a uno extranjero. Regina y yo todavía conservamos uno de los mayores tesoros que poseemos de estas conferencias. Es la primera tarjeta de misiones de promesa de fe de Guanajay, Cuba - la primera iglesia que iniciamos en el 2002.
En agosto y septiembre Guanajay fue devastado por dos huracanes seguidos – el huracán Charley (que pasó justo sobre nuestra casa) y el huracán Iván. Doscientas casas en Guanajay fueron completamente destruidas. Uno de esos hogares fue el de la primera familia que Noel y yo llevamos al Señor en esa primera iglesia – Michel y Yenisledis. Ya que esta familia – literalmente lo perdió todo – la iglesia, para animarlos, trasladó sus servicios durante toda la semana de la Conferencia al lugar en donde antes estuviera su casa – fue una de las cosas más conmovedoras que he visto – el domingo en la noche se recogieron 67 tarjetas de promesas prometidas por fe– y de todas las que se recogieron durante las cuatro conferencias, le pregunté al pastor que si podía conservar ésta. La tarjeta era la de Jazmín Breto (y todavía la conservamos.) –9 años de edad – quien fuera una de las primeras niñas que aceptó a Cristo en el primer centro de Maná en Guanajay – ella - sin ayuda, sin crecer en un hogar cristiano, sin nunca haber asistido a una conferencia misionera de fe, y sin ningún ingreso –escribió en su tarjeta  lo siguiente: me comprometo a dar por semana para las misiones– 1 Peso y mi corazón.
Cuando leí esa tarjeta durante la conferencia – la primera que me salió – inmediatamente supe que ella había capturado algo que mucha gente en el mundo nunca llega a entender, ella se dio cuenta que era necesario no sólo dar por fe de sus limitados recursos, sino derramar toda su vida, y dar su corazón al servicio de Dios. Hasta el día de hoy la historia de Jazmín nos recuerda que nuestro trabajo es no distraernos por las cosas pequeñas en esta vida, y su historia, y la de muchos otros, han continuado animándonos a hacer más y más por Él.
Finalmente, como un famoso comentarista radial solía decir - ahora el resto de la historia- ese primer misionero extranjero presentado en 2004 - ese primer campo misionero que fue compartido durante esas 4 conferencias misioneras hace ya casi 10 años, fue nada más y nada menos que el misionero a Panamá Freddy Centeno. Hoy por primera vez, después de muchos años, se han sentado y compartido en Panamá. Queremos agradecer hoy a cada uno de los que han sido parte de nuestro ministerio en los últimos 15 años y resto. Gracias por el papel que ustedes, y muchos otros, han jugado en esta, aparentemente inocente, imagen, y la historia que la rodea. ¡Dios es bueno! Is 55:8 - "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová."

 

Last modified on Wednesday, 07 December 2016 04:17

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