Despidiéndonos

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Tyler se entregó en Enero para ser un sembrador de iglesias.
Regina, Tyler y yo organizamos todo, nos pareció, unas 10 veces, hicimos mandados, conocimos el compañero de cuarto de Tyler y logramos hacer todas las cosas de último minuto. Llegaron las 7:00 P.M. y llegó la hora de asistir al acto social de helados del presidente.  Entretanto salíamos del dormitorio de Tyler, 'él observaba a todos los estudiantes que estaban agrupados en el césped y dijo: "mami, papi -quédense hasta que averigüe qué es lo que está pasando" -esas fueron las últimas palabras de Tyler mientras se adentraba a ese mar de estudiantes.
 
Regina y yo vimos a nuestro alrededor y dijimos: - "¿en dónde están todos los padres?" Puesto que nos sentíamos incómodos, caminamos a través del patio, hacia el toldo donde dispensaban los helados -luego encontramos a los padres al otro lado de la calle en donde estaban los estudiantes –todos, por supuesto, observando a sus hijos.  Miré detenidamente a ambos grupos, me di cuenta a dónde pertenecíamos, y por primera vez en mi vida desde la perspectiva de un estudiante me sentí -afuera del grupo
 
Crucé la calle con Regina -miré a los padres y les dije - "¿soy yo o nos acabamos de convertir en las personas menos populares del mundo?"  Todos se rieron y empezamos a hacer amistad con algunos de ellos.  
Así fue como dejamos a Tyler -poco a poco los padres se fueron, y Regina y yo fuimos unos de los últimos irnos.  Fue algo inusualmente natural, pero innatural a la vez.  Fue más fácil para los otros padres puesto que la mayoría de ellos vivían a tres o cuatro horas de distancia. Para nosotros fue muy difícil ya que, literalmente, vivimos a miles de kilómetros de distancia y estamos muy conscientes de esto.
 
Sabíamos que ya había llegado el momento y la realidad de lo que estaba pasando mientras veíamos a Tyler con sus nuevos amigos. Emociones, amor, tiempo -muchas, muchísimas cosas pasaron por nuestras cabezas entretanto luchábamos con la idea de empezar a caminar por esa larga, larguísima acera que nos alejaba de nuestro hijo. No me avergüenzo de decir que fue muuuuucho más difícil de lo que pensé, y el Señor nos enseñó a través de esto a depender de Él aún más.
 
Por la naturaleza de nuestros escritos, casi nunca escribimos acerca de nuestros hijos - pero quiero que quede claro que ellos han sido una gran bendición todos estos años en nuestro ministerio.  Regina y yo nos sentimos honrados de haber tenido a Tyler en nuestro equipo por tanto tiempo.  Ahora, por primera vez, tenemos un miembro menos en el equipo y estamos confiando en que el Señor rellene esa brecha.

 

Last modified on Wednesday, 07 December 2016 19:25

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