La Alegría Que Tengo En Cristo por Tyler Franklin

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Tyler nuestro hijo mayor lo hará graduado de High School
    El día en que acepté a Jesús como mi Salvador fue el día en que empecé a experimentar el gozo que conlleva Su presencia, dirección y propósito. Mi gozo se debe a que Él ha sido fiel, pues nunca nos ha dejado, ni abandonado en nuestros viajes familiares a través de Costa Rica, Cuba, Haití y República Dominicana. Ahora que Él me ha llamado a convertirme en un iniciador de iglesias en el extranjero; tengo paz y gozo en saber que Él tiene un plan para equiparme para concretar Sus propósitos.    A la edad de 2 años, mi familia fue a recibir entrenamiento en Costa Rica con mis abuelos, el Rev. John y Karry Barnes y bisabuelos el Rev. Jeff y Maudie Meek. La iglesia y sus actividades me rodearon constantemente. Por esta razón, desde muy joven entendí mi necesidad de Jesucristo.  A los 7 años, durante una clase escuela dominical, en oración, recuerdo haberle pedido a Jesús que me perdonara de mis pecados (1 Jn 1:9) y que fuera mi Salvador (Ro 10:13). Ese día, con gran gozo, también llegó a ser el Señor de mi vida, y empecé a anticipar el estar con Él en el cielo por siempre (Jn 10:28). Sin dudar que ese fuera el día, empecé a experimentar el gozo de una relación personal con Él. Posteriormente comprendí que para mantener una relación con Él, necesitaría hablarle todos los días a través de la oración, leer, estudiar, meditar, memorizar, obedecer y vivir Su Palabra. El verdadero gozo, he comprendido, proviene a través de mi relación con Él y conocerle mejor día con día.    Jesús nunca me ha dejado, aun en las circunstancias raras y difíciles de mi vida. A los 9 años, cuando nuestra familia estaba sirviendo en Cuba, presencié como mi papá fue llevado por los oficiales de seguridad. La agencia G2 acusó a mi papá de ser un agente de la CIA, un subversivo político, y un contrarrevolucionario.  No obstante, la verdadera razón por la que le arrestaron fue porque mi papá había sido parte en el inicio de 4 iglesias bautistas que estaban creciendo, algo que los oficiales cubanos no querían.  Durante este tiempo de incertidumbre estos versículos me confortaron, Mateo 28:20:  “…he aquí yo estoy con vosotros todos los días…” y Hebreos 13:5: “…porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.”  La Biblia también dice en Nehemías 8:10: “…porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” El saber que Jesús estaba conmigo y con mi familia durante este tiempo, me dio la fortaleza para confiar en que Dios lo tenía todo bajo control.  Después de seis largos días de interrogatorios, nuestra familia fue deportada a Costa Rica a la fuerza, informándonos que nunca más podríamos regresar. Aunque esto les dolió profundamente a mis padres, Dios tenía otro plan y estas iglesias continuaron creciendo. El recordar esta experiencia ha llegado a ser uno de los muchos y más grandes gozos en el Señor, ya que no me queda duda que Él siempre tiene control de todos los detalles, grandes y pequeños de nuestra vida, sin importar la situación.    Posteriormente, Dios dirigió a mis padres a servir en República Dominicana. Durante varios años, mientras mis papás se ocupaban en iniciar otra iglesia, yo nunca había prestado mucha atención acerca de cómo yo podría servir, o ser usado por Dios; pero a los 14 años, empecé a ver vidas cambiadas en esta iglesia, algo de lo que yo quería ser parte.  Anhelaba que otros experimentaran el gozo que yo tenía al haber conocido a Jesucristo. Empecé a orar, y le pedí al Señor que me guiara en la manera de poder servirle. Un día me acerqué a mi papá y le pregunté que qué podía hacer en la iglesia en Tamboril. Él me asignó el trabajo de crear las presentaciones en PowerPoint que se utilizarían durante la alabanza y los sermones. Unos meses después, Jesús me guio a ofrecerme como voluntario para enseñar una clase de escuela dominical a los niños de 6-10 años. El compartir las historias bíblicas, organizar y dirigir actividades especiales, como por ejemplo la Escuela Bíblica de Vacaciones, y el Día del Amigo, no fue tan solamente divertido, sino que fue algo muy gratificante. Uno de los mayores gozos que obtuve al servir al Señor fue cuando Maviel, uno de los niños de mi clase de escuela dominical, fue salvo, y cuando posteriormente aceptó la responsabilidad de manejar el equipo de sonido en la iglesia. Jesús había contestado mis oraciones, y me empezó a guiar paso a paso en la mejor manera de servirle.     Jesús no sólo estuvo conmigo en Cuba, o guiándome en cómo servirle en República Dominicana, sino que también me dio el gozo de poder ayudar a otros después del terremoto en Haití. En enero del 2010, un poderoso terremoto azotó la capital de Haití, y mató a unas 300,000 personas. Mis padres fueron dirigidos a ayudar a 16 diferentes iglesias bautistas. A los 15, pude acompañarlos en varios de los viajes, e involucrarme en el proyecto “Cubetas Llenas de Esperanza”, al igual que en la reconstrucción del templo destruido de una iglesia. En el 2012 tuve la oportunidad de involucrarme en el inicio de otra nueva iglesia. Aunque el trabajo fue duro, el poder mostrar y compartir el amor de Dios, y el poder ser parte de darles a los Cristianos un lugar para adorar, me otorgó un enorme gozo en el Señor.    También me da gozo el saber que Dios tiene un propósito específico para mi vida, pues me ha preparado y guiado a través de muchos eventos para poderle servir aún mejor. En enero del 2012, a los 17 años, rendí mi vida para servirle. Con ese compromiso en mente, le empecé a solicitar al Señor que me guiara a la universidad que me preparara mejor para llegar a cumplir Su voluntad. Aunque todavía estoy investigando, en este momento creo que necesito buscar una universidad que ofrezca clases que no tan solamente me enseñen lecciones prácticas sobre cómo administrar los aspectos financieros de una organización sin fines de lucro, sino que también me enseñen las valiosas destrezas de liderazgo que puedan ser utilizadas en una iglesia local.    Hay un gran gozo en saber que Dios tiene un propósito para mí, y creo que un día me guiará, no sólo a establecer una organización caritativa sin fines de lucro aquí en los Estados Unidos, sino también iglesias, en el país específico en que Dios me guíe para que otros que no tienen una relación personal con Cristo, le puedan conocer y adorar. Creo que adonde Dios me guíe llegará a ser el primero de muchos escalones para poder impactar el mundo.    Mi gozo tan sólo ha crecido desde el día en que Jesucristo llegó a ser parte de mi vida. El gozo de saber que Jesús está a mi lado todo el tiempo, el saber que Él me dará sabiduría al tomar las decisiones correctas, y el saber que él ha diseñado un propósito para mi vida. Este gozo me da un sentido de valor, seguridad y confianza. Mi deseo es compartir con otros el gozo que Jesús me ha dado, por favor oren por mí, entre tanto que descubro, paso a paso, en donde es que Él me guiará. Oren para que yo pueda escuchar esa voz suave diciéndome: “Este es el camino, andad por él” (Is 30:21).

 

Last modified on Tuesday, 06 December 2016 20:11

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